La Ruta Jacobea de los Calatravos es un camino a Santiago que cuenta con tres puntos de inicio diferentes: Almodóvar del Campo (Ciudad Real), Puertollano (Ciudad Real) y el Centenillo (Jaén) y que se abrió gracias a la promesa que hicieron Victoriano Arias y su sobrino a causa de la enfermedad de la mujer de Victoriano.
A la hora de trazar el camino, decidieron hacerlo de manera que no pasase por ninguna carretera y para ello se basaron en los planos del Instituto Geográfico Catastral y en la cañada real oriental o soriana. Sin embargo durante el recorrido encontraron algunas diferencias con el trazado original que aparecía en los mapas, por lo que tuvieron que hacer ajustes durante la señalización de la ruta, que transcurre por Castilla la Mancha, parte de Madrid, Castilla y León y la Rioja hasta Santo Domingo de la Calzada, donde empalma con el camino Francés hasta Santiago de Compostela.
La ruta recibe ese nombre por el pueblo natal de ambos, Argamasilla de Calatrava, en la provincia de Ciudad Real. Este pueblo perteneció durante siglos a la orden de Calatrava y como casi todos los pueblos de la zona lleva el sobrenombre de la orden, con lo que pensaron que ese era el mejor nombre para la ruta.
Todo comenzó cuando la esposa de Victoriano estaba en quirófano y ya no podía hacer nada por ella, salvo aferrarse a la fe. Y a Santiago le tenía mucha fe. Por eso decidió si todo salía bien trazar una nueva ruta a la capital compostelana.
De hecho no era la primera promesa que le hacía ya que unos años atrás, cuando se murió su primera mujer y Victoriano se encontró sin trabajo, hizo el camino pidiendo por un empleo y al llegar a casa se encontró que le estaba esperando un contrato. Posteriormente volvió a Santiago para caminar desde la tumba del apóstol hasta Muxia.
En Santiago comunicó al director general de caminos que quería crear una nueva ruta. Éste le dio unos consejos para hacerlo y muchos ánimos, aunque fue sincero y le comentó que no era cosa fácil, que existían diferentes problemas, como ha podido experimentar Victoriano en sus carnes. Pero aun así el camino va se va consolidando como ruta jacobea alternativa a las habituales.
La ruta jacobea de los calatravos es un camino largo, de más de 900 kilómetros; nos cuenta Victoriano que en su pueblo se encontró con gente que no se creía que en bicicleta pudiera llegar hasta Santiago de Compostela haciendo tantos kilómetros. Y es que seguramente sea la ruta jacobea más larga de todas las que recorren la península, incluida la Vía de la Plata.
No se ha hecho el cálculo exacto de kilómetros porque Victoriano y su sobrino cuando se pusieron en camino con las bicicletas dieron muchas vueltas, se equivocaron en alguna ocasión y acabaron en la carretera, justo lo que no querían. En aquel momento la Cañada Real en algunos tramos estaba sin deslindar, prácticamente no existía y ese era el motivo principal por el que tuvieron que abandonar en ocasiones la ruta fijada. Solo estaba deslindada en Castilla la Mancha, en Soria, en cambio, sigue sin estar bien señalada y hay personas que están trabajando en la cañada que saben esto, nos cuenta Victoriano, y no les interesa el tema.
La ruta se identifica durante todo el trayecto por un logotipo compuesto por la cruz de los monjes de Calatrava (cruz con una flor de lys en las puntas), una vieira amarilla sobre un fondo azul y la cruz de Santiago. Para ello se elaboraron tablillas que desde los tres puntos de inicio están presentes por toda la ruta hasta San Millán de la Cogolla.
El camino está compuesto por veintidós etapas. Las dos primeras son de treinta kilómetros y las siguientes son de veinticinco y de quince kilómetros. No presenta gran dificultad, pero hay tramos como el que va desde Sigüenza hasta Rello, que los peregrinos se ven forzados a realizar completamente, ya que no se encuentran alojamientos entre ambos pueblos al ser una zona especialmente despoblada.
Vitoriano vivió el camino con mucho entusiasmo, estaría contando anécdotas una semana si pudiera. Coger la bicicleta y lanzarse a señalizar una ruta desde Sierra Morena hasta Santiago ha sido la aventura de su vida. Especialmente emotivos fueron sus encuentros con la naturaleza; avutardas cerca de Argamasilla de Calatrava y pasando por Fuentidueña un halcón peregrino cazó un lagarto junto a ellos “Duró nada la caza esa”, recuerda entusiasmado.
Victoriano no recibió ninguna ayuda para realizar la ruta, aparte de la de su cuñado con unas tablillas de su carpintería. Hacer el camino requiere esfuerzo pero también dinero, como los 250€ que le costó un molde que sirvió para estampar el resto. En principio se oyó algo de que recibiría un préstamo pero al llegar la crisis el tema se complicó, cree Victoriano que si lo hubiera recibido la ruta estaría ya terminada completamente.
Y es que la ruta se podría mejorar con apoyo de las instituciones, pero a día de hoy es muy relativo. La diputación de Ciudad Real es el único apoyo que tiene nuestro peregrino para terminar de señalizar la ruta, realizando los carteles de difusión e imprimiéndolos. Pero ayudas institucionales, ningunas. Incluso cuentan con la deslealtad de algunas personas que por intereses propios, quitan las tablillas y la ruta queda mal señalizada quedando únicamente como guía una flecha amarilla pintada en un árbol o alguna piedra.
Actualmente, a finales de Marzo de 2014, un grupo de quince personas está realizando la ruta. Una ruta que tiene una difusión cada vez mayor gracias al blog que ha creado Victoriano, junto a la asociación de amigos de la ruta jacobea de los calatravos y que recibe numerosas visitas, incluso desde lugares tan remotos como Afganistán, China, Japón, de Estados Unidos, Australia y Rusia.
En el blog se reivindican sobre todo las cañadas reales como caminos de peregrinación por explorar. Aun así y a pesar de que no es un camino habitual de peregrinación o senderismo, hay albergues muy bien preparados siguiendo la cañada oriental soriana, como el de Fuente de la Encina, particular, pero muy bien preparado, el albergue de Sigüenza que pertenece a los padres Josefinos o el de Berlanga del Duero, también bastante bien acondicionado. El alojamiento, salvo en lugares muy despoblados como la ya comentada etapa entre Sigüenza y Rello, es posible en cualquier sitio.
Pero si hay algo que Victoriano destaca de la ruta es que el peregrinaje es muy tranquilo y hay mucho paisaje. En cada etapa hay un paisaje completamente distinto; el Campo de Calatrava, la Mancha, la Mesa de Ocaña, las Vegas madrileñas, la Alcarria, los campos de Soria y luego, llegando a Vinuesa, el Pico de Urbión y la Laguna Negra.
Una de las mejores cosas que le han pasado a Victoriano haciendo la ruta es ver cómo la gente de los pueblos ha colaborado con la ruta, que reconoce que le han atendido muy bien y que en todos los lugares donde hicieron noche encontraron buena acogida entre la gente.
Cuando comenzaron con la aventura de la ruta de los calatravos no pensaron en las consecuencias que podía traer. Victoriano considera que está un poco desbordado porque no estaba preparado realmente para lo que se le venía encima, simplemente dijo: “voy a hacer este camino” y se puso en marcha. Pero una vez metido de lleno en el proyecto se encuentra con entrevistas a alcaldes y diputaciones, siempre pidiendo aquí y allá colaboración. Se le requiere en muchos sitios y hay otros que siguen pendientes de su visita y no siempre puede acudir: “Hablando en plata no llego a mileurista, estoy jubilado y no llego a los mil euros”. Pero a pesar de ello acude a todos los sitios que puede e incluso ha estado tres veces en Fitur, donde la ruta tiene presencia.
Y es que nuestro peregrino se ha convertido en una pequeña celebridad en nuestro entorno, hace poco le entrevistaron en una radio comarcal muy conocida e incluso desde Corral de Almaguer le hicieron una entrevista para un conocido diario de tirada nacional.
Para Victoriano la ruta jacobea de los calatravos es una precioso camino que representa algo así como la columna vertebral de la península, puesto que la recorre de norte a sur. La ruta enlaza con otras muchas rutas de peregrinación como el camino de la Lana, el camino del sureste, el castellano-aragonés que debió de ser muy importante en la Edad Media y el camino de Levante, así como con itinerarios culturales como el camino del Cid.
Hay muchas posibilidades para llegar a Santiago desde nuestro entorno y a los peregrinos nadie los puede controlar, cada uno cogerá las etapas que quiera, comenta Victoriano y nos cuenta la anécdota de un peregrino que iba en burro por el camino de Levante y al llegar a Villacañas se encontró con que se había desviado de su camino inicial y había cogido el nuestro, pero lo continuó hasta Fuentidueña de Tajo, desde donde no sabía continuar. Entonces la alcaldesa se puso en contacto con Victoriano: “Aquí hay un peregrino que dice que va caminando a Santiago pero por aquí pero no sabemos nada más” El bueno de Victoriano lo orientó entonces hasta Cifuentes, donde el peregrino cogió el camino de la Lana. Y es que un peregrino puede ir a Santiago tomando tres o cuatro caminos distintos si quiere.
Victoriano, los miembros del equipo “Velsini@” te deseamos buen camino.